No puedo odiarte. A veces, estoy a punto de hacerlo y justo haces o dices algo en el momento adecuado. En el jodido y preciso segundo en el que mi mente iba a empezar a engañarse intentando olvidarte. Vale, no iba a olvidarte de todas formas, pero dicen que el odio es la mejor forma de empezar a olvidar a alguien, destruyendo la esperanza, esa puta ilusión que siempre me lleva a creer en lo imposible.
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