Salvo unos pocos monjes y poetas iluminados retirados en lo alto de un monte, los demás si tenemos nuestras ilusiones. Es más, no es que las tengamos, es que las necesitamos. Alimentan nuestros sueños, nuestra esperanzas y nuestras vida como una bebida energética con dosis extra de cafeína.
diosss que filosofica...
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